.:: Danzas Autoctonas

CHIRIGUANOS

Una leyenda que se menciona pocas veces se refiere a la invasión de los Chiriguanos. Según ésta, una horda procedente de la selva amazónica, por el lado oriental del lago Titicaca, invadió el Altiplano en flagrante e incontenible actitud bélica. Como los naturales de Tiahuanaco eran gentes pacíficas y no estaban preparados, las luchas duraron decenas de años, época que es conocida como la behetría serrana. La presencia legendaria de los invasores en la memoria de las gentes parece ser el origen de esta danza.
El son guerrero de su música y la actitud aguerrida de los danzantes insufla espíritu bélico y despierta temor como si su presenciase hiciera algo amenazador. Los Chiriguanos se presentan en las festividades anuales más importantes que celebran los poblados ubicados a lo largo de las orillas del lago Titicaca.
A diferencia de las danzantes de los Pulis o Cintakanas que antes del día la fiesta arriban al pueblo y ocupan una casa y allí se disfrazan el día de la festividad, los Chiriguanos llegan desde sus comunidades lejanas recorriendo decenas de leguas de distancia disfrazados y al compás de los sones fuertes y sonoras de su música guerrera.
Cuando aparecen sobre los cerros cruzando apachetas recuerdan inevitablemente la presencia legendaria de los primero Chiriguanos. Se escucha entonces el ulular del pututo que suelen tocar de tanto en tanto uno de sus músicos. Pero una vez en el pueblo dejan de sonarlo. Solo la danza se reduce a su música severa.
Como todas las danzas se organizan dedicados a la patrona o al patrón del pueblo, como presente religioso. Los intérpretes la ejecutan en posición erecta, vertical con la cabeza erguida, como en actitud desafiante a los elementos, el frío, el viento y ventisca. No realizan propiamente figuras, pero verifican evoluciones de vuela y revuelta a trasladarse de una esquina a otra de la plaza. De vez en cuando inclinan el cuerpo hacia la derecha y hacia la izquierda siempre en actitud erguida con movimientos enérgicos.
El ritmo musical es bélico, pero carece de las características del ritmo de las marchas militares occidentales, es lenta, pausada y enérgica. Los instrumentos con que se ejecuta son las sampoñas acompañados con bombos de rústica construcción; unos tocan la sampoñas y otros el bombo. En algunas comunidades ejecutan la melodía en sampoñas de gran tamaño por lo menos de unos 60 o más centímetros.
El Chirguano es entonces una danza guerrera, de música solmene, de una marcialidad originalísima, que rememora la destrucción del Tiahuanaco bajo el peso de invasión. Permanece en sus forma primitivas al margen de las evoluciones o las mistificaciones que han sufrido otras danzas.
(Tomado de Danzas y Bailes del Altiplano, de José Portugal Catacora)

 

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